Vacaciones en Isla de Sal

La pequeña Isla de Sal surge tímidamente del Atlántico, con unos paisajes desprovistos de vegetación que nos recuerdan que estamos en la misma latitud que el desierto del Sahara. El paisaje incita a mirar hacia el mar: las paradisíacas playas que rodean la isla, los numerosos deportes acuáticos que podrás practicar y el excelente pescado que los marinos locales capturan cada día, ponen de manifiesto la íntima relación que esta isla mantiene con el océano. Aquí no hay grandes aglomeraciones, sólo poblaciones tranquilas que hacen de la isla un lugar ideal para los que busquen tranquilidad.

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Isla de Sal, un paraíso por descubrir

Aunque hayas venido a Isla de Sal a descansar en sus playas o a practicar tu deporte náutico favorito, te sugerimos que dediques tiempo a conocer sus maravillosos parajes. No te arrepentirás de conocer los fantásticos rincones que esconde.

Te recomendamos alquilar un coche o incluso un quad y pasar el día recorriendo a tu aire los paradisíacos paisajes de la isla. Puedes empezar por Pedra de Lume, una antiguo poblado minero que permite visitar lo que habían sido las zonas de extracción de sal. El lugar se sitúa en el cráter de un volcán extinguido, en el que se han creado diversas piscinas naturales. Otra piscina natural, aunque de muy distintas características, se sitúa en Buracona. Intenta visitarla en un día soleado a última hora de la mañana para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.

Otros lugares que te aconsejamos visitar son Espargos, el principal centro de servicios de la isla, Palmeira, punto de encuentro de barcos de pesca, embarcaciones de recreo y turísticas, y Terra Boa, un área reconocida por su espejismo, donde parece verse un gran lago donde solo hay arena. Y si te apetece disfrutar de la noche, el mejor lugar es Santa María. Su oferta turística incluye algunos bares y discotecas y en su playa también encontrarás algunos locales que han obtenido mucha popularidad ofreciendo música, baile y cócteles tropicales sobre la arena.

Gastronomía

En Isla de Sal podrás saborear exquisitos platos marineros elaborados con los mejores ingredientes autóctonos de la zona. Aunque la mayoría de elaboraciones son típicas del país, no se puede negar la influencia portuguesa y africana en muchas de ellas. Algunos de los platos que podrás saborear en este destino son el Caldo de peixe, una sopa de pescado con patatas dulces, banana verde y mandioca; la Catchupa, un guiso habitualmente de pescado o de carne de cerdo; y el Pastel com diablo dentro, una mezcla de atún fresco, cebollas y tomate envuelta en una masa de patata cocida y harina de maíz. Y la fruta es también muy popular en Isla de Sal, destacando en verano los mangos, la papaya y las bananas, y en otoño los membrillos, aunque también abundan las tambarinas, támaras y cocos.

Pedra da Lume:

Desde lo alto de un volcán extinguido se divisan los tonos de azul, rojo y verde de estas bellas salinas. Las extensas lagunas ocupan toda la base del cráter, creando un mosaico de color. El paisaje lunar de los alrededores, no hacen sino añadir un poco más de magia a este paraje.

Buracona:

La acción del mar sobre la roca volcánica de Isla de Sal ha creado cavidades que sirven de piscinas naturales. Sus aguas cristalinas cambian de color según la dirección del sol y constituyen un lugar de baño original y seguro.

Playa de Santa María:

Sin duda se trata de la mejor playa de Isla de Sal. Sus 8 km. de fina arena dorada son un placer para todos los sentidos, y la transparencia y el intenso color de sus aguas no dejan de sorprender.